Sunday 13 May 2007
Deambulando, Toronto 1974
Calle arriba, calle abajo. Ese era mi estilo por aquellas épocas. Muchas veces perdí el tiempo. Y muchas otras, hallé el tiempo perdido durmiendo bajo un portal a la vista del público. Esta es la primera vez en muchos años que he mirado a este viejo, lo imagino ya hecho ceniza en la memoria del mundo; menos en esta página, donde hoy sigue durmiendo su historia.
La Fotografia Callejera
Preso de la fiebre por descubrir los rostros que pululan en el mundo, mirando a través del visor de la cámara, trajo consigo encuentros de toda especie. Mi diversión favorita, cuando llegaba el verano a Toronto en los hermosos días de mi aprendizaje, consistía en irme al centro y caminar de arriba a abajo en la arteria principal, la Calle Yongue, para tomar fotografías de todo aquello que desfilaba ante mis ojos.
Acerca de los descubrimientos
Estos dos músicos callejeros, en Toronto en 1975, me llamaron la atención porque, al estar recién llegado a una gran ciudad, se abren puertas de hechos hasta entonces desconocidos. En mi ciudad natal los músicos no tocan en las calles, éstos andan de bar en bar, móviles en los autobuses, o serenateando en las noches de las borracheras románticas de algunos. Pero estos dos hombres, tocando una especie de blues urbano, se me ofrecían nuevos y llamativos. Así que mano a la cámara y vamos pa´lante.
El muelle en la isla, Toronto 1974
Vivir en una isla tiene sus encantos. Uno de ellos el rígido horario de los botes que habrán de llevarnos al continente. Sucede que cuando hemos llegado tarde y vemos que el ferry se aleja, dejando su estela espumosa sobre la superficie del agua, no queda más alternativa que esperar otra media hora la llegada del próximo. Eso, y sacar la cámara del bolso y abrir los ojos para ver todo aquello que no vemos, pero que tantas veces hemos mirado sin haber siquiera prestado atención. Para muestra un botón.
El mercado de Kensington, Toronto, 1977
He abierto el baúl de los recuerdos y comienza a salir a flote una colección interesante de imágenes. Como esta, por ejemplo, que muestra cómo la lectura constante del Village Voice influenció mi forma de copiar negativos y, más importante aún, cómo fotografiar en 35 milímetros. Todo, por supuesto, bajo el manto tutelar de Cartier-Bresson y su estilo del rectángulo negro enmarcando la imagen.
Friday 11 May 2007
Sahara, Fulton Street 1990
En esta vida hay amores que uno descubre y va conociendo hasta llegar a incorporarlos al alma propia. Hay otros que uno lleva consigo antes de descubrirlos. Este amor es uno de esos. Algo que se lleva en el alma, antes de que los amores nazcan. Esta es mi hija Sahara, posando de mujer mayor, con aires de preocupación, como un personaje de película italiana de posguerra.
Laura, Cali 1983
Cuando se habla de la juventud dorada no siempre se tiene a mano una ayuda visual y se recurre más bien a la memoria. En este caso fotógrafo y musa tuvieron la buena fortuna de haber dejado constancia de una época sublime, días aquellos cuando las preocupaciones eran escasas, aunque los medios también lo fueran y cuando el sol brillaba alto en sus vidas.
Hoy ambos pueden hallar solaz en el recuerdo que esta imagen trae consigo a pesar que las memorias puedan a veces parecer difusas.
Hoy ambos pueden hallar solaz en el recuerdo que esta imagen trae consigo a pesar que las memorias puedan a veces parecer difusas.
Monday 7 May 2007
Sunday 6 May 2007
Mi primera ventana
Justin, el del afiche
Tienda de sombreros, Toronto 1975
Greenwich Village, NY
Alguna vez, con Laura Paull, nos sentamos a tomar café y a disfrutar la tarde en Bleecker Street, del village neoyorquino, y por más que lo intenté no apareció la inspiración que me hiciera escribir poemas o me llevara a la profunda búsqueda interior que desentrañara mis temores. Sólo ha quedado el negativo de aquella época anterior al nacimiento de nuestra hija Sahara.
Colombianos, Toronto 1978
Los rostros alegres esconden la huraña verdad de las largas noches gastadas en limpiar pisos en oficinas del centro, o fingiendo de autómatas en las numerosas fábricas que bordean la periferia de la urbe.
Las sonrisas pueden haberse evaporado tan pronto como la cámara ha disparado su click eternizante, pero ellos habrán de aparecer por siempre radiantes en la superficie de plata que ha transformado una tarde cualquiera en un luminoso instante sin final.
Wednesday 2 May 2007
Retrato de Victoria Eugenia Ariza
Cuando nos conocimos en 1969 ambos éramos dos nenes recién salidos de la cuna familiar.
Juntos nos lanzamos a descubrir los caminos que condujeron al primer amor y ambos, por sendas diferentes, hemos llegado a una edad respetable con muchos años de silencio entre encuentros. Ahora, después de tanto tiempo quedan aún unas cuantas cartas. Nuestras cartas, que alguna vez escribimos con el alma desnuda, reposan en memorias epistolares para siempre a buen recaudo en el silencio del recuerdo.
Retrato tomado en Ward's Island, Toronto, Canadá, 1976
Mónika Herrán, Cali 2000
Mónika Herrán, photographer extraordinaire, has produced one of the most positive projects of photography in Colombia. She gave disposable cameras to school age children and regular folk and asked them to record their daily lives, what they saw in their ordinary existences. Which in the end is not quite that ordinary. The project was backed by the Alcaldía de Cali and they had a great photo exhibit and it is now in Europe, doing the rounds, showing the world that Colombia is not just coca and crime.
Beto Borja 1951-1997
This old picture, Toronto 1976, brings to mind so many memories of my beloved brother Beto. Just found it in an old box of stuff and could not help but feel the passage of time and the ruthlessness of death. Photographs are, if anything, the arbiters of oblivion, the mirrors reflecting the comedy and drama of our lives.
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Esta imagen fue tomada en San Francisco alrededor de 1985. El escritor vino a la librería City Lights, centro de operaciones de la casa de...