Siempre me han llamado la atención las fotografías con misterio. Esta comienza a parecerse a una de ellas. Tiene el espacio negativo que permite ocultar la identidad del sujeto, la sombra, la insinuación del ser vivo transferido a la pared o al fondo.
Como valor agregado vemos aparecer por un lado una tímida manifestación visual de arma al acecho atalayando al caminante, asoma e impone otra sombra, esta vez desconcertante, al ensamble.
Las sombras nos atraen y repelen porque en ellas nos damos el derecho al sentimiento del miedo.
Esta es tal vez una imagen mutante, de un hombre que sale de casa y va a la tienda a comprar un paquete de cigarrillos. La noche está oscura, etcétera.
Tuesday, 30 December 2014
Monday, 29 December 2014
Tuesday, 23 December 2014
Friday, 19 December 2014
Thursday, 18 December 2014
Wednesday, 17 December 2014
Adam King Sits on the Chair (Before and After his Haircut)
This is my friend, photographer Adam King, who asked me to
take a roll of nudes of him. Photographing someone naked is a very intimate
endeavor. Someone standing nude in front of you, without it being your intimate
partner, could represent a daunting enterprise.
Nakedness allows the first viewer, the photographer, to
scrutinize at length the person in front of his eyes. He/she will in turn pass
on the image to the general viewer for more unrestrained examination.
I realized the act of standing nude in front of others makes
one vulnerable. The act of presenting oneself unprotected - the naked subject –
has a strong confessional element attached to it.
It can possibly work both ways, something akin to allow the
superfluous to vanish in the presence of real honesty, and the opportunity to
recognize a deeper understanding of who we are.
Tuesday, 16 December 2014
The Absolute Beauty of Youth
Many thanks to my dear friend Josh Morgan and Finty-Louise Payne for having had the patience to stand still for these two portraits, and their visit. Also for providing me with a reminder of the eternal beauty of those blessed by youth.
Two Portraits of Carol Foster
Carol Foster is a well known ceramicist and teacher. Carol and her wonderful work are widely respected in this our seaside town. Just before her birthday a few days ago I asked her if she would sit for a portrait, which she did.
Sunday, 14 December 2014
Fernell Franco, Fotógrafo
Fernell Franco, Cali 1997 ©Lalo Borja
Hace más de cuarenta años un grupo de
jóvenes quedamos mudos frente a una serie de imágenes que Fernell
Franco mostraba al público en una casona colonial del centro de Cali, llamada
Ciudad Solar. Asistíamos a su primera exhibición fotográfica, la primera en lo
que sería una larga y distinguida carrera artística.
Sobra añadir que quienes
presenciábamos la ópera prima del gran fotógrafo colombiano andábamos a medio
alucinar mirando sin poder comprender el alcance de lo que teníamos enfrente:
una serie magistral de retratos de prostitutas a manera de retablos, de
dípticos monocromáticos de indefinible tristeza.
Para quienes crecimos viendo
prostitutas en los barrios del centro, voyeristas a toda prisa, mientras
íbamos y veníamos de la escuela en aquella época, éstas representaron la cara
osada de algo que nuestros padres siempre nos advirtieron de evitar: las
mujeres de la vida, las putas; seres intocables y que ahora el fotógrafo ponía
en el pedestal de plata de la imagen para que las examináramos sin pudor o
admiráramos secretamente.
No eran estos rostros los monstruos
de la sífilis que teníamos a la vista, eran seres de carne y hueso que se
dejaban fotografiar en el ambiente miserable de sus cuchitriles y se
enfrentaban a la cámara, a nuestra mirada ávida, con una cierta ingenuidad que
no dejaba de sorprender.
Las fotografías de esta serie (1972)
son de una factura diferente a las ya famosas del fotógrafo norteamericano E.J.
Bellocq, tomadas en Nueva Orleans a principios del siglo xx, pero están
esencialmente emparentadas de origen.
Muchas de las imágenes de prostitutas producidas por Bellocq fueron mutiladas, en gran parte para enmascarar la vergüenza del pecado; las de Fernell Franco miran de frente y se dejan fotografiar junto al artista con sincero desparpajo.
Muchas de las imágenes de prostitutas producidas por Bellocq fueron mutiladas, en gran parte para enmascarar la vergüenza del pecado; las de Fernell Franco miran de frente y se dejan fotografiar junto al artista con sincero desparpajo.
No es aventurero afirmar que la fotografía colombiana, colmada de retrasos, entra de lleno al siglo xx de la mano de Fernell
Franco. Nuestra historia artística fotográfica perteneció eminentemente al retratismo
y a manifestaciones naturalistas que correspondían al coletazo de influencia
con que había finalizado el siglo anterior.
Fernell Franco llega con una visión
limpia y libre de prejuicios académicos
a declarar patrimonio fotográfico aquello que nuestra inhabilidad de
abstracción nos mostraba tan sólo como un montón de ladrillos derrumbados.
Habíamos comenzado a ser atropellados
por el paso avasallante de la supuesta modernidad urbanizadora que como una
aplanadora gigantesca se yergue imponente en la segunda mitad del siglo xx.
Nuestras ciudades cambian apresuradas,
la arquitectura colonial desaparece de los grandes centros urbanos y se
producen las expansiones hacia la periferia, a tiempo que el narcotráfico se
instaura paralelo a moldear otras facetas de una ya apaleada cultura.
Fernell Franco profundiza sobre lo
cotidiano para demostrar esclarecido el significado de aquello que se nos
escapaba de las manos: la realidad ignorada que él tuvo incalculable valor de
preservar visualmente para la posteridad.
De su obra fotográfica, rica en
aspectos localistas en su ciudad, Cali, sobresalen la serie “Galladas”,
definición en el habla local de pandillas de jóvenes; las series “Bicicletas”,
“Interiores” y “Billares”, son muestras que constituyen un sobrio ejemplo de interpretación
histórica en una sociedad que abandona presurosa su presente para caer a ciegas
en brazos de un futuro incierto.
“Galladas” es una exploración de
ciertos aspectos de la vida de barrio en los años setentas, donde muchachos de
clases populares aparecen en lo que semeja un eterno domingo en esquinas
polvorientas. Posan ataviados con sus mejores prendas: los pantalones de bota
acampanada, los zapatos de plataforma harto estrafalarios y la actitud en los
rostros que dejan entrever la auto-suficiencia propia de la adolescencia y una
timidez entre lánguida y dulce.
Son imágenes que pertenecen a un
pasado olvidadizo en la memoria de una ciudad con una muy corta capacidad de
mirada retroactiva.
Lo que ha causado gran impacto en
Europa y Estados Unidos es indudablemente la serie llamada “Amarrados”,
proyecto fotográfico realizado en los mercados locales de pueblos y ciudades
que nos muestra la forma como los mercaderes amarran sus productos, sus cajas
de mercancía, bien sea para guardarla en la noche o para transportarla con
facilidad de un lugar a otro.
El leitmotif presente es un intrincado
patrón en el uso de lazos entretejidos protegiendo la mercadería, proyectando
la ilusión de ser cuerpos amarrados envueltos en túnicas mortuorias. Tiene todo
ello un aire de cadáver insepulto, de cuerpo en reposo previo a la inhumación;
nos hablan de una callada violencia en forma de símbolos de sumisión y dominio.
Son en su mayoría, como mucho en la
obra de este gran artista, de una belleza lacónica; objetos fotografiados a la
sombra de galpones o bodegas de almacenamiento. No hay asomo de alarde ni el
llamado a sustituir lo que hay por lo que puede haber: son cajas, bultos
amarrados con lazos y cordeles, punto. Son fotografías que sin embargo poseen
una fuerza narrativa rayana en lo solemne.
Como todo lo que define el legado
creativo de Fernell Franco éstas y muchas otras imágenes nos dejan perplejos
porque son de una estética envidiable, por lo simple de su concepción y lo
profundo de su ejecución.
Wednesday, 10 December 2014
Vision
All of a sudden in the studio came the apparition. It materialised in front of the view finder as if from thin air.
Friday, 5 December 2014
Friday, 28 November 2014
Margo Selby, Textile Designer
Ever since coming to our little town a few years ago, Margo Selby has managed to make her presence felt. Her textile designs, geometric, artistic and wonderfully colourful, have started to appear in many of our homes infusing the grey indoors with the necessary brightness we are denied outdoors.
Thursday, 27 November 2014
Lalo Borja by Neil Brown
I owe this truthful and gutsy portrait to my dear friend and young colleague Neil Brown. He has started a new photographic project using an old brick wall as backdrop and taking portraits of his subjects against it.
It is quite a remarkable shot this one, quite different from the ones my self-portrait practice sometimes yields, and being removed from the creative process it jumps to my eye as a great shot.
It is quite a remarkable shot this one, quite different from the ones my self-portrait practice sometimes yields, and being removed from the creative process it jumps to my eye as a great shot.
Wednesday, 26 November 2014
Friday, 21 November 2014
Robert Mapplethorpe
Durante la primavera y el verano de este año se exhibieron dos grandes muestras del fotógrafo norteamericano Robert Mapplethorpe en París.
Una en el Grand Palais, templo indiscutible de arte donde
exhiben el trabajo de aquellos quienes han arribado a la cúspide de su obra; la
otra en la Casa Museo Rodin, el estudio residencia del genio escultórico
francés.
Estos hechos representan un salto enorme para el neoyorquino,
quien ha entrado a formar parte del panteón internacional de artistas
reconocidos a nivel mundial.
Durante varios años, a partir de su inmersión en el demi-monde
de los clubes clandestinos en callejuelas del puerto de Brooklyn para documentar prácticas sexuales poco comunes fuera de esa
esfera, el fotógrafo comenzó a desarrollar una etiqueta que, si bien es cierto
le granjeó un prestigio casi inmediato, también le mantuvo alejado de los
grandes museos. Al menos hasta ahora cuando le han abierto las puertas de estos dos reconocidos
centros artísticos de Francia.
En Estados Unidos fueron notorias las polémicas por los ataques
virulentos de la derecha conservadora en el Congreso ante sus exhibiciones que,
a finales de los años ochentas, a tiempo que moría, se mostraron en Washington
y en Cincinnatti. En esta última ciudad el comisario de la muestra fue llevado ante los
tribunales por contribuir, según los razonamientos de aquella época, al deterioro moral de la conciencia pública al
mostrar tales fotografías.
El meollo del asunto, al menos desde el punto de vista político,
tenía que ver con el uso de dineros provenientes del fisco para sustentar exhibiciones
de un arte considerado “anormal”.
Por otro lado estaban los rigurosos discursos de corte religioso
esgrimidos por el partido republicano argumentando la necesidad de que las imágenes de Mapplethorpe fueran censuradas.
Mapplethorpe se esforzó desde siempre en hacerse artista; trajinando la escultura casera, la manufactura de
abalorios y el diseño de atavíos, hasta que finalmente le sonó la flauta por
los caminos de la fotografía.
Su salto definitivo a la fama provino de la mano de un mecenas
amante y millonario, Sam Wagstaff, quien puso a su disposición amplios fondos
que habrían de liberarle de pretéritas angustias monetarias, además de darle
entrada al enrarecido mundo social de la élite neoyorquina, una de sus permanentes ambiciones.
A partir de ahí sus retratos de artistas, galeristas, actores y
millonarios se hicieron famosos a la par con su propio nombre.
Su transformación de joven desconocido a respetable practicante
de arte corrió paralela a la de su joven amiga Patti Smith, poeta y cantante de
rock, quien con los años ha llegado a formarse una respectable reputación como
fotógrafa.
Uno de los mejores retratos ímtimos de esta pareja de jóvenes
luchando por descollar en el arte a partir de los años sesentas puede leerse en
la magnífica crónica de su amistad, escrita por Patti Smith bajo el título Just
Kids, publicado en 2010, al que fue adjudicado el título ganador por la
Sociedad Americana del Libro.
Desde su muerte, acaecida en 1989, su trabajo homoerótico como
le llaman a sus retratos y desnudos de hombres, en su gran mayoría
afro-americanos, ha sido mostrado en incontables exhibiciones.
Este aspecto singular de su obra ha sido atacado con frecuencia
por críticos y analistas de arte quienes le han acusado de usar a hombres de
esta minoría racial como objetos de explotación.
De hecho los retratos son en su gran mayoría recuentos
fotográficos de hombres de raza negra, de físicos esculturales en los que el
espectador puede admirar sin sonrojo las joyas de la corona en todo su
esplendor.
Igualmente hay retratos de algunos desnudos de mujeres, en
particular de la físico-culturista Lisa Lyons y flores de una contundente
belleza.
El artista dijo alguna vez que lo que hacía era llevar ante el
ojo público la belleza de esos hombres y la mística homosexual para sustraerla
a su posición clandestina y pecaminosa dentro de nuestras sociedades.
Parece que el tiempo y la crítica, finalmente, le han dado la
razón.
De igual manera la otra parte de su trabajo artístico, retratos
de celebridades e imágenes con motivos cuasi-religiosos, han ocupado las
paredes de cuanta galería se respete en ambas orillas del Atlántico.
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