Roma; la cama sin tender, la calle en movimiento

Quién sabe qué sucede detrás de las ventanas de un cuarto piso, cuando la noche se esparce y los neones y las luces de la calle comienzan a alumbrar nuestros pasos. Tantas veces me he hecho esta pregunta: quiénes se aman detrás de esas ventanas; qué seres se estremecen despechados en pequeños lechos de una sola vía, abrazados a una almohada solidaria que ensordece el llanto pasivo de amores  sin destino...?
Afuera, en la calle, la noche romana recién empieza y suben hasta el piso, la estrecha camita destendida, los zapatos tirados al desgaire, los ruidos de cafés y discotecas vecinas, anunciando el inicio de una noche más de farra y la alegría impostora del vino y el vodka...la eterna soledad una vez más, sin rumbo y sin memoria.