Thursday 11 January 2007
Un tranvía llamado Praceres
Hay en Lisboa un pequeño tranvía que sube la cuesta que le brindó el destino, a punta de esfuerzo y chirrido de rieles.
Trepa por una estrecha calle hasta que corona la cuesta y empieza a descender hacia el puerto. El viajero desciende del antiguo vagón y quiere caminar un poco. De repente se encuentra con un retablo japonés. Una composición esperando ser fotografiada.
Hay algo indescifrable en las ventanas que parecen no tener relación ni significado aparente con su función primordial. En este caso la ventana parece sostener un diálogo sordo con dos piernas que se alargan queriendo tocar el cielo.
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Image ©Lalo Borja To this day I still ask my friends to stand in front of my camera for a portrait that will rend...
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