
Toda la vida, hasta su muerte acaecida un día como hoy, Septiembre 26 de 1997, se le llamó Beto. Mi hermano menor, atleta y esteta, amigo fiel y buen contador de historias. Su pasión era la música del Caribe y el buen Jazz. Entre sus afanes varios se incluían la buena literatura y la pintura; una mesurada aproximación a escribir prosa y a disfrutar la buena rumba. Jugador de Water Polo y representante internacional del "combinado patrio", como le gustaba llamar a la selección nacional de Colombia en su deporte favorito. Vivió en Estados Unidos y Europa pero siempre regresó al terruño, hasta que decidió quedarse para siempre en 1986. La vida le fue generosa en afecto y ese afecto es recordado hoy por su hermano, quien escribe estas lineas, para rescatarnos a todos un poco del olvido.
En la fotografía tomada en el patio de la casa paterna en Cali en 1982, aparece con mi hija mayor, Sahara, uno de sus grandes amores hasta la llegada de su propia hija.
Hoy, desde esta playa lejana, recuerdo su espíritu y acompaño en el alma a su viuda, Ana Paula González y a su hija Paula Catalina Borja.