Una vez que el presente se nos va de los ojos, quedan por fortuna algunos negativos para demostrar que no todo lo vivido fue siempre un sueño. Aunque a veces lleguemos a dudarlo.
Así lucía yo cuando la vida se balanceaba entre el sueño del trópico y la pesadilla de la selva profunda. Cuando entre el paroxismo multicolor y la cháchara infinita de diálogos inconexos en la rumba vi muchas veces la vida pasearse indiferente por bares y cantinas, en medio de personajes inconclusos muchos de ellos ahora olvidados...
El mediodía en Andalucía. Brillante, luminoso, plagado de sombras profundas.
Mediodías que son como suspiros escuchados al azar, mientras la vista se pasea por entre rejas y fuentes de piedra escondidas a la sombra de patios y traspatios. Cádiz, tierra de ensueños. Espejo y misterio.
En la tarde californiana la piel demuestra la dictadura de una oscura geometría de bordes rígidos. Hay un intento de brochazo negro formado por un accidente del encuadre. Hay también un destello de luz bajo la redondez del seno que otorga vida a este cuadro.
Dos años han pasado desde la desaparición corporal del gran fotógrafo colombiano Fernell Franco. Para aquellos que tuvimos la fortuna de su afecto la memoria aún lo mantiene presente.